viernes, 10 de junio de 2011

En Baranoa siguen los asesinatos selectivos: matan policía pensionado



En Baranoa pareciera que los últimos torrenciales aguaceros hubieran hecho germinar las semillas de terror y miedo que sembraron en febrero pasado los panfletos con amenazas de muerte a una lista de personas, y que se repartieron en diferentes puntos del municipio.
Hoy, sólo se habla con recelo de los mensajes que dejaron escritos en las paredes de la finca El Recreo los asesinos de Daniel Enrique Ruiz Torres, 45 años, un policía pensionado que trabajaba como celador del lugar.
“Esta vez no tiraron panfletos, pero dejaron los mensajes escritos en las paredes”, dijo asustada una lugareña.

Ruiz Torres fue encontrado muerto a las seis de la mañana de ayer , tirado en una porqueriza y con el cráneo partido. Las autoridades indicaron que fue sorprendido con un garrotazo. Además, los asesinos le robaron el revólver de dotación y se dedicaron a escribir sobre las paredes mensajes como: “Volveremos otra vez” y “Nos las pagarás”.
La finca El Recreo se encuentra ubicada en el kilómetro 3 de la vía que conduce de Baranoa a Usiacurí y es de propiedad de Franklin Mora.
Antes de marcharse, los delincuentes dejaron otro mensaje en la minuta del vigilante asesinado. Escribieron: “Franklin Mora, esto es para tí”. A pesar de los hechos, la Policía indicó que el propietario de la finca no se había hecho presente.
La víctima vivía en el municipio de Sabanalarga y llevaba varios años trabajando en El Recreo.

Algo está pasando. Después del asesinato del reinsertado Carlos Rafael Sierra Torres, el miércoles 1 de junio, se vivía una tensa calma y sólo pocos se atrevían a hablar y confirmar que seguían cayendo los que aparecieron en los panfletos.
Ayer, con el crimen de Ruiz Torres los habitantes de Baranoa señalaban que la situación ya había llegado a un límite y que, por lo tanto, las autoridades debían tomar cartas en el asunto, pues “algo está pasando”, afirman.
El 18 de mayo pasado también fue abaleado José Antonio Polo Coba, conocido en el municipio como alias Kaki, quien además aparecía en los panfletos.
Las autoridades de Policía señalaron que tanto Carlos Rafael Sierra como José Antonio Polo, tenían anotaciones judiciales y ambos se dedicaban al negocio de prestadiario.
Por su lado, algunos comerciantes del municipio que han aparecido amenazados en los volantes aseguran que, en su momento, los panfletos eran medios de presión que utilizaba un grupo de delincuentes para extorsionarlos.
Uno de esos comerciantes, que pidió no revelar su identidad, explicó cómo fue abordado después de que su nombre apareciera en los panfletos de febrero pasado. Dijo que días después llegó a su negocio alias Kaki y lo calmó con promesas de que le iba arreglar todo.
Los visitó varias veces y llamaba por celular a su patrón para poner una cita y arreglar el dinero que debía pagar para que lo dejaran trabajar. Finalmente el comerciante pagó un millón de tres que le pedían y cuando cumplió la cita con los extorsionistas, todos tenían los rostros tapados.

Fuente: El Heraldo

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